Arranca una primavera meteorológica que será como el invierno, cálida y seca

Cabe recordar que el mes de diciembre fue anómalo ya no solo por las elevadas temperaturas siendo el segundo diciembre más cálido desde 1961 sino porque apenas llovió. No lo hizo en llano y tampoco en montaña retrasando, por ejemplo, el inicio de la temporada de esquí. Se registró un 80% menos de precipitaciones en toda España.

Pero, enero no mejoró esta situación y persistió esa eterna primavera con la entrada de suradas constantes en la Península debido a una posición poco habitual del anticiclón de las Azores imponiendo un régimen de vientos constantes con una componente muy clara de sur en España y en Europa occidental, principalmente. Las costas cantábricas fueron las que más acusaron los efectos de la persistencia del viento del sur, así como todo Levante con un poniente, que en varias ocasiones elevó las mínimas por encima de los 20 grados en pleno invierno.

Cabe destacar valores auténticamente primaverales, por no decir veraniegos, en capitales del Cantábrico que se asomaron a la franja de los 25 a 30 grados. Esta marca sí la alcanzaron en las islas Canarias.

Ya dijimos también que febrero era un mes loco y así fue. Hemos visto dos partes claramente diferenciadas: una primera mitad que siguió la línea de meses anteriores y una segunda que sí nos metió de lleno en el invierno que esperábamos. No hemos tenido olas de frío, pero sí dos invasiones de aire frío polar con nevadas importantes en los sistemas montañosos y en cotas medias de prácticamente todo el interior peninsular.

La situación más llamativa ha sido la de Canarias donde se han registrado las mayores nevadas en 25 años tanto en las cumbres tinerfeñas del Teide e Izaña como en las zonas más altas de Gran Canaria y de la isla de La Palma. La nieve, dos semanas después, aún se mantiene en cotas elevadas a pesar de que la situación ya se ha normalizado con valores propios de la época.

El 1 de marzo quedó inaugurada la primavera meteorológica, que ha empezado de la misma manera: recuperación térmica evidente previa a una nueva entrada de aire polar, que tiene lugar este fin de semana. Será un episodio pasajero y el preludio de una estación que, según indican los modelos, será más cálida en casi todo el país.

Esta tendencia no representa una novedad, porque repite los mismos patrones que ya determinaron la primavera de 2015. En principio, los meses de marzo, abril y mayo serán más cálidos, especialmente en el cuadrante sureste, que es precisamente el área peninsular con mayor déficit de precipitaciones y donde ya se han alcanzado estos primeros días de mazo valores muy cálidos, por ejemplo, los 27,7 grados en Murcia capital. Valencia y Alicante se han instalado en la marca de los 25 grados.

Ambos ejemplos pueden extrapolarse para la que, en principio, será la tendencia de una primavera no solo cálida sino también seca en la vertiente mediterránea, incluyendo las Islas Baleares. En el resto del país sería normal en cuanto a precipitaciones o algo inferior, exactamente igual que en 2015.

En cuanto al continente europeo, este no queda al margen de la misma tendencia porque, nuevamente, una posición poco habitual del anticiclón de las Azores, más al norte, impondrá una primavera más cálida, sobre todo, en la cuenca mediterránea y en el centro y este de Europa. Quedan al margen de esta tendencia el Atlántico Norte y el noroeste europeo con unas temperaturas normales en Reino Unido, norte de Francia, Bélgica y Holanda y parte de Escandinavia.

Será más húmeda en el noreste del continente europeo, la parte que corresponde al sur de la península escandinava, Dinamarca, norte de Alemania, Polonia y, en general, los países bálticos.

En el transcurso de esta primavera meteorológica, estaremos muy pendientes de la evolución del fenómeno de El Niño, que debería ir tocando a su fin para cerrar capítulo en el mes de junio. A partir de ahí, si se cumplen las previsiones de la NOAA, será interesante analizar la evolución de la atmósfera y de las temperaturas durante el verano y en los meses venideros para contrastar con un otoño y un invierno que ya han pasado a los registros como unos de los más cálidos de la historia.

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*Marcos Fernández (@marcosfdezfdez) es periodista especializado en Meteorología.