Donde había agua, solo queda desierto: la sequía deja al 13% la cuenca del Segura
ATLAS
25/10/201711:17 h.Caudales urbanos descendiendo a ritmo de cascada y mobiliario urbano viajando a la deriva. Son las consecuencias de la llegada de la lluvia, pero no son suficientes para llenar un mínimo los embalses. La tierra se deshidrata y se expande, y algunas advertencias hoy quedan obsoletas. La cuenca del Segura amenaza con una muerte súbita, ya que está al 13% de su capacidad. En el embalse del Ebro sus paredes recuerdan una abundancia de agua pasada; su cauce está en ruinas. En la cuenca del Duero empieza a haber problemas para abastecer los campos. Y, ante la urgencia de más agua, el obispo de Córdoba implora en su homilía lluvia para todos.