Nos hemos equivocado en muchas cosas sobre Júpiter (Juno nos lo ha chivado)
El Tiempo Hoy / Europa Press
11/01/201815:49 h.Juno, que se lanzó en 2011 y actualmente está en órbita alrededor de Júpiter, no es la primera nave espacial en estudiar de cerca al gigante del gas. Las misiones Pioneer y Voyager de la NASA volaron por Júpiter en la década de 1970, y la nave espacial Galileo pasó ocho años más tarde en órbita alrededor del planeta. Incluso antes de eso, los humanos habían estado estudiando a Júpiter con telescopios durante cientos de años.
Para cuando Juno se lanzó, los astrónomos tenían una muy buena idea de qué esperar de las nuevas imágenes y datos que recolectaría en Júpiter, o al menos eso pensaban.
"Nuestras ideas eran totalmente erróneas sobre la estructura interior, sobre la atmósfera, e incluso sobre la magnetosfera", dijo Bolton, citado por Space.com. "Los astrónomos creían que Júpiter tenía un núcleo muy pequeño y denso, o quizás ningún núcleo en absoluto.
Pero los datos de Juno revelaron que Júpiter tiene un núcleo enorme y 'difuso' que podría disolverse parcialmente. Esta discrepancia entre las expectativas de los científicos y los datos sugiere que hay mucho que aún no sabemos sobre planetas gaseosos gigantes", explicó.
Durante sus primeros encuentros cercanos con Júpiter, la nave espacial reveló extraños racimos de ciclones que azotaban los polos norte y sur de Júpiter. Juno es la primera misión espacial que obtiene una buena visión de los polos, y los científicos de la misión no esperaban que se vieran tan extraños y caóticos como ellos, dijo Bolton. "Si alguien hubiera mostrado una foto del polo hace 10 años, nunca hubiera adivinado que era Júpiter".
Las mediciones del campo magnético de Júpiter arrojaron más sorpresas. Los astrónomos sabían que Júpiter tiene el campo magnético más fuerte de todos los planetas del sistema solar, pero Juno descubrió que el campo magnético es en realidad el doble de lo que se pensaba anteriormente.
Al igual que el campo magnético de la Tierra, el campo magnético de Júpiter canaliza partículas cargadas (principalmente electrones) hacia los polos magnéticos del planeta, donde las partículas interactúan con los átomos en la atmósfera para crear auroras brillantes.