¿Y para cuándo la primera gran ola de frío del invierno?
Marcos Fernández Fernández
20/01/201808:53 h.Las últimas nevadas de Reyes dibujaron un paisaje blanco en Castilla y León, otras ciudades del norte, como Vitoria o Pamplona e, incluso, en el sur, por ejemplo, Granada. Es decir, la primera mitad de enero sí que ha sido nivosa y con temperaturas muy bajas (-13º y menos en Ávila o -20º en la Alcarria).
Sin embargo, a pesar de todo ello, de momento no tenemos ola de frío a la vista y los modelos indican que enero acabar con tiempo soleado, temperaturas que pueden ser altas y, tan solo, los últimos días del mes podrían llegar cambios. Pero, son cambios aún a largo plazo y todo puede cambiar.
Hace justo un año tenían lugar las famosas e insólitas nevadas en la costa de Alicante y en la Región de Murcia. Aquella fue la primera y única ola de frío del invierno de 2017 y dejó la nieve donde casi nunca se la espera.
Ola de frío otoñal
No olvidemos que cuando hablamos de estaciones del año, debemos tener en cuenta el inicio astronómico y el meteorológico. Es importante recordarlo porque, por ejemplo, el invierno meteorológico dio comienzo el 1 de diciembre, mientras que el astronómico (por el que nos guiamos tradicionalmente) empezó el 21 de diciembre.
Entre uno y otro tuvo lugar una ola de frío que, según lo veamos, puede considerarse la primera del invierno o la única del otoño. Y es que, aunque en los últimos años no se hayan prodigado, las olas de frío pueden afectarnos de lleno en noviembre y, sobre todo, en diciembre.
La segunda y última ola de frío de 2018 tuvo lugar en los primeros días de diciembre. Después, el mes se comportó muy seco e irregular hasta Navidad, fecha en la que cayeron nevadas en cotas bajas, que retomamos para Reyes.
Pocas probabilidades de ola de frío
Los diferentes modelos con los que trabaja la AEMET señalaban en el inicio del invierno meteorológico que no esperáramos grandes episodios de frío (similares a los de EEUU y Canadá) de las últimas semanas.
Todo apuntaba, y se está cumpliendo parcialmente, a unos meses de enero y febrero húmedos y algo más cálidos. Las lluvias y las nevadas han llegado. De hecho, en los últimos días las precipitaciones han hecho aumentar las reservas de agua embalsada un 4%, según fuentes del Ministerio de Medio Ambiente.
De momento, las temperaturas no han sido más cálidas, aunque solo llevamos una primera quincena de enero. Los valores han sido fríos o muy fríos, con carácter general. Paradójicamente, esto no significa que hayamos tenido olas de frío.
Y es que, cabe recordar, que para que un episodio de estas características sea considerado como tal, es necesario que se dan al mismo tiempo estos tres factores:
- Debe tener una duración de al menos tres días seguidos
- El 10% de las temperaturas deben ser un 5% más bajas que la media
- Los valores medios están comprendidos entre los años 1971 y el 2000
Hasta la fecha no se han dado porque es cierto que ha hecho frío, mucho frío pero no llega a superar el porcentaje indicado ni tampoco ha durado más allá de tres días con carácter general.
¿Podemos esperar olas de frío en febrero?
No podemos fiarnos de febrero. Ya sabemos que el refranero habla de febrero como un mes loco y así es. Es posible que las lluvias se sigan sucediendo con nevadas en cotas medias y bajas siguiendo el patrón de enero. Más allá la experiencia nos dice que hemos tenido olas de frío muy potentes.
Tendríamos que remontarnos al mítico febrero de 1956 para rescatar olas de frío y valores históricos muy por debajo de los cero grados. En este siglo, podemos destacar febrero de 2005, aunque ha habido algunos otros también de frío helador.
Los modelos, por tanto, no nos hablan de olas frío con lo que tendríamos que conformarnos con episodios cortos e intensos aunque con la puerta abierta a la sorpresa.
Y es que, por ejemplo, los más mayores recordarán el invierno del 56/57 en el que nadie daba crédito a unos valores tan cálidos cuando, repentinamente, llegó el conocido como ‘Gran Frío’, que heló la Península hasta el mes de marzo. De no ocurrir así, estaríamos hasta un invierno anodino en olas de frío y precediendo a una primavera que AEMET empieza a dibujar, de nuevo, seca y más cálida.