Caen 30 l/m2 en 10 minutos en Valencia: muy pocas veces ha llovido tanto en tan poco tiempo

Los habitantes del municipio valenciano de Montanejos (Castellón) están que no salen de su asombro. Durante la tarde del jueves, un enorme cumulonimbo descargó 86,6 litros por metro cuadrado en una hora, lo que se considera lluvia torrencial, y estuvo acompañada por 927 rayos, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

En total, se acumularon 90,4 l/m(2) como resultado de las precipitaciones tormentosas. Pero el dato importante es este: de ellos, cayeron 32 l/m(2) en solo 10 minutos. Luego otros 65,6 l/m(2) en media hora y 86.6 l/m(2) en una hora.

Tal y como ha reconocido la Agencia Estatal de Meteorología, se trata de uno de los registros más altos que hay en el banco de datos climatológico de la propia institución. El máximo de precipitaciones en 10 minutos se registró en Mérida en julio de 2015, con 49,4.

Junto a las lluvias torrenciales, la nube trajo consigo aparato eléctrico. 927 rayos fueron captados en un radio de 20 kilómetros alrededor de la localidad de Montanejos y 1.421 en total dentro del territorio de la Comunitat Valenciana, según las mismas fuentes.

Este viernes, calma chicha

Parece que lo peor de este temporal que ha traído consigo la DANA ha pasado, al menos, para los valencianos. Allí ya no hay avisos ni por tormentas ni por lluvias este viernes, si bien en otros puntos de la mitad norte peninsular sigue habiendo un riesgo importante por estos fenómenos.

En concreto, este 29 de junio un total de 23 provincias están en riesgo amarillo, entre las que se encuentra todo Aragón, Cantabria, Navarra, Galicia, La Rioja, País Vasco, Asturias, y las provincias de Burgos, León, Palencia, Soria, Valladolid, Barcelona, Girona, Lérida y Guadalajara. Se trata de un mayor número de regiones respecto a días previos, pero se prevé que la intensidad disminuya levemente.

*Imagen: avisos activados por lluvias y tormentas para este viernes / Aemet

Habrá que esperar a mediodía para ver los primeros chaparrones llegar a estas poblaciones que, tras la primavera más lluviosa de los últimos 50 años, de precisamente de agua van muy servidos.