No es un efecto óptico: ¡la nieve rosa existe!
eltiempohoy.es
21/12/201713:22 h.El culpable es un organismo conocido como 'Chlamydomonas nivalis', un micro algo acostumbrado a vivir con temperaturas extermadamente bajas y en lugares de alta montaña o sitios cercanos a los círculos polares, donde la concentración de oxígeno es poca por la gran altitud.
Además, es muy poco amigo de los rayos ultravioleta del Sol, así que cuando este aprieta en la montaña, algo que solo ocurre con las primeras nevadas del otoño y las últimas de la primavera, segrega una gran cantidad de esporas conocidas como astaxantina, para protegerse. Y sí, son rosas.
Por eso adquiere ese color rosa en la nieve que, cuando se deshace, forma ríos de color y recuerda a los refrescos de fruta. De hecho, quien ha probado esta nieve asegura que tiene un sabor parecido al de la sandía, por lo que a este fenómeno también se la conoce como 'watermelon snow', sobre todo en Reino Unido.
Huelga decir que ni la contaminación ni otros factores externos tienen algo que ver en su aparición. De hecho, hace dos mil años Aristóteles ya escribió sobre ella. Tampoco es un fenómeno exclusivo de una región concreta: con que se esté a miles de metros de altura y en condiciones climáticas extremas, basta.
Por lo tanto, ahora que empieza el invierno probablemente no veas la nieve rosa por ningún lado. Pero 'quédate con su cara' porque en nada estamos en primavera y las probabilidades de que la nieve rosa haga acto de presencia aumentarán considerablemente.