Calor, alergias y mascarilla: claves para sobrellevar el cóctel de los próximos días

El cóctel calor-alergia-mascarilla, ahora que es obligatoria, va a traer quebraderos de cabeza. El polen está afectando menos este año a los alérgicos que usan desde el principio al accesorio estrella del 2020, porque evita que las partículas, al menos en su mayoría, se cuelen en las vías respiratorias. Pero no todo es positivo ahora que hace calorazo veraniego. Con la boca cubierta se multiplica el sofoco y la piel se irrita.

Cierto es que las mascarillas además de salvarnos del contagio de coronavirus "tienen una elevada capacidad de filtración y reducen hasta un 80% las partículas de pólenes y polvo en aire inhalado" en el caso de las FFP, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

El nivel de polen de plantago es altísimo estos días en varias provincias. También las amarantáceas pegan fuerte gracias al crecimiento de ‘malas hierbas’ y arbustos más de lo normal por la cuarentena. Y, por último, los que peor lo están pasando son probablemente los alérgicos a las gramíneas, cuyo momento de máxima floración es entre mayo y junio, más todavía con el calorazo actual. En Sevilla, donde más calor va a hacer y con alrededor de 194 granos por metro cúbico, según datos de SEAIC, los que sufren esta alergia podrán pasarlo muy mal al aire libre.

En los casos anteriores, la mascarilla quirúrgica nos ayudará poco, al igual que las que se reparten en farmacias. Las óptimas son las FFP.

En cuanto al calor, ya lo sabrás: con el sudor y el roce, sumado a la respiración atrapada, la mascarilla es una pesadilla. Pueden aparecer brotes de acné por las infecciones, dermatitis, eccemas… Mucho ojo si tienes la piel grasa.

Es recomendable no ponerse maquillaje, y aplicar crema hidratante o vaselina pura para que el roce no deje marquitas que puedan irritar la piel. Y, fundamental: cuando llegues a casa, lávate bien, sigue una rutina de cuidados para que las bacterias no hagan que salgan granitos.

Pero además de eso, llevamos una primavera de movernos poco y exponernos lo mínimo, y la mezcla paseos-calor-mascarilla puede sofocar más de la cuenta. En países como Israel donde también es obligatorio llevarla, se han hecho excepciones en los últimos días en el caso de los niños en los colegios por la ola de calor que ha asfixiado al país con alrededor de 40ºC.

Y es que, si a cambio de reducir el contagio se dan más golpes de calor y problemas respiratorios, mal vamos. Hoy mismo, de hecho, se ha publicado un estudio que ha comprobado que, en España, las personas con enfermedades respiratorias sufren más el calor que el frío porque, en general, nos hemos adaptado mejor al frío (por ejemplo con las calefacciones). La conclusión es que, antes de acabar en el hospital, te quites la mascarilla y bebas agua rápidamente.

En Japón ya se han puesto manos a la obra para crear mascarillas frías. Habrá que esperar para ver cómo funcionan para copiar esta solución tan curiosa.

Desde luego, las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) apuntan a un trimestre mayo-junio-julio más cálido de lo normal. En zonas de Castilla-La Mancha y Cataluña, por ejemplo, prevé que en conjunto pueda ser unos 0,7ºC más caluroso. Habrá que ir pensando cómo vamos a copar con los sudores y la agitación.