Especial piel en primavera: 5 trucos útiles para que las líneas de expresión no se te conviertan en arrugas

No se trata de convertir el rostro en una cara inexpresiva, la idea es aportar a la piel el colágeno y la elasticidad que va perdiendo con el paso del tiempo. Limpiar y exfoliar, hidratar, proteger, aportar nutrientes y cuidar los hábitos de sueño son algunos de los factores que ayudarán a que la piel se mantenga joven por más tiempo.

La rutina de limpieza del rostro, diurna y nocturna, se debe adquirir desde joven (aproximadamente a los 15 años) y mucho antes de comenzar a utilizar cremas e incluso de empezar a maquillar el rostro. Es la mejor manera de incorporarla a la vida de manera natural, igual que la ducha diaria o el cepillado de los dientes, para que se convierta en una parte más de la higiene personal. La limpieza evitará la obstrucción de los poros y prepara la piel para recibir cualquier tratamiento en plenitud de facultades.

Es también una buena costumbre, ésta ya para pieles adultas, exfoliar el rostro al menos una vez a la semana, de este modo eliminas las células muertas que tienden a acumularse en los pliegues haciéndolos parecer más profundos y además sirve para devolver luminosidad al rostro. Para las pieles maduras, además, es recomendable una limpieza facial profunda en un centro estético que ayude a oxigenar y equilibrar la piel.

Hidratar a diario

La hidratación del rostro es fundamental para atenuar las líneas de expresión ya que, con el tiempo, las glándulas sebáceas dejan de funcionar a todo rendimiento, provocando sequedad. Además, con la edad, el organismo produce menos colágeno y elastina, así que necesita una ayuda extra. Es una buena préctica tratar el rostro con una crema hidratante enriquecida con activos anti-arrugas: ácido hialurónico, retinol, colágeno y antioxidantes como las vitaminas C y E. También es recomendable hidratarse por dentro, bebiendo agua regularmente a lo largo del día.

Proteger de los rayos UV

Dos de los factores externos que se debe evitar para que las líneas de expresión no se conviertan en arrugas profundas son la polución y el sol, así que para ayudar a controlar el ataque de estos agentes es conveniente utilizar una crema de protección solar con vitaminas A, C y E. También es importante el uso de unas buenas gafas de sol y, si es necesario, graduarse la vista, de este modo se evita la aparición de arruguitas en el contorno de los ojos al forzar la vista para ver con nitidez. También puedes recurrir a un sombrero con el ala lo suficientemente ancha como para que te tape el rostro, pero no lo uses como excusa para saltarte la crema de protección.

Aportar los nutrientes necesarios

Además de las cremas, un aliado infalible para luchar contra el envejecimiento de piel es la alimentación. Conviene incluir en tu menú semanal al menos una porción de pescado con lato contenido de en Omega3, puedes elegir, entre otros, salmón, sardina o trucha; alimentos ricos en grasas saludables como el aceite de oliva, las nueces o el aguacate; frutas y verduras ricas en potasio como el berro, el plátano o la papaya; alimentos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias como los arándanos, la cúrcuma y el chocolate negro y un gran aliado para prevenir los radicales libres gracias a su alto contenido en betacarotenos, el melón.

Cuidar los hábitos de sueño

Lo ideal para que el cuerpo esté descansado y que el organismo amanezca reactivado, es dormir las horas suficientes. Suficientes significa las necesarias para cada persona, pero se debe dormir de un tirón en un margen que va de 5 a 8 horas. Ni más, ni menos. Además, conviene hacerlo en una postura determinada: boca arriba, ya que es la mejor manera de evitar la presión del colchón y la almohada sobre la piel del rostro.