Tengo frío: por qué se te pone la piel de gallina

Para entender cómo y por qué se pone la piel de gallina es necesario comprender la parte física y la psicológica que intervienen en el proceso. Físicamente hay que hablar de piel, folículo piloso, músculo erector y vello. Psicológicamente, de emociones capaces de liberar adrenalina.

La parte psicológica: por qué sucede

El frío y ciertas emociones intensas como el miedo, la vergüenza o la excitación sexual, provocan que se erice la piel y que los vellos se pongan de punta. Esta reacción fue explicada a la revista Scientific American por el fisiólogo y zoólogo George A. Bubenik de la Universidad de Guelph, Ontario (Canadá). Su teoría es que se trata de una conducta heredada de nuestros ancestros y tiene su explicación en que el cuerpo libera adrenalina, la hormona del estrés, ante ciertas situaciones que provocan tensión.

No se puede racionalizar, ni controlar y en algunos animales, como los gatos, sirve para aumentar su tamaño y mostrarse más fuertes y agresivos cuando se sienten amenazados.

La liberación de adrenalina lleva aparejadas una serie de reacciones físicas como la aceleración del ritmo cardiaco, las lágrimas, el aumento de la presión arterial o la piloerección. Ahora el ser humano ha perdido prácticamente todo el vello corporal, pero en nuestros ancestros esta reacción física de ahuecar el pelo les ayudaba a mantener la temperatura corporal

La parte física: cómo sucede

La piel de gallina es el resultado de dos fenómenos físicos: por un lado, los poros se expanden y por otro, los pelos se separan de la piel. Para entender por qué se eleva el vello es necesario conocer su fisiología que, resumidamente, es la siguiente:

Cada vello consta de una raíz y un tallo, la raíz se ubica en un folículo piloso. En la parte inferior de la dermis, junto a cada folículo piloso, existen fibras musculares (denominadas musculo erector del pelo) que son las responsables de que el cabello crezca en perpendicular a la superficie de la piel.

La liberación de adrenalina provoca la contracción involuntaria de los músculos y cuando estos músculos se contraen cambian su ángulo de relación respecto a la piel, impulsando el vello hacia el lado opuesto, provocando el erizamiento del pelo y el aspecto de piel de gallina (desplumada).